domingo, 18 de septiembre de 2011

Divagar


“Divagar, divagar, divagar ¡Ay cómo divaga la mente! Cuando empiezas quizá nunca pares.
Y divagas, divagas, como tirando del pequeño estambre que cuelga de tu cintura,
Y tiras y tiras, cada vez más rápido, pareciera nunca terminar. Pasas del clima y cómo molesta tus zapatos, de la tienda donde los compraste hasta el día en el que por fin te enamoraste…
Divaga, divaga y sigue y sigue, cuando menos lo esperas terminas con una tremenda bola de estambre ideológico y un terrible frío existencial”

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